El miedo, la tristeza y la rabia NO son emociones negativas
Se habla mucho de emociones negativas cuando nos referimos sobre todo al miedo, a la tristeza o a la rabia. Considero que existe mucha confusión al respecto y con esta entrega voy a tratar de clarificar algunos puntos importantes para que veamos que en el fondo todas las emociones son positivas si dejamos de tenerles miedo y aprendemos a relacionarnos con ellas.
Antes que nada, es necesario aclarar que emociones puras, naturales, tan solo hay cuatro: el miedo, la agresión-rabia, la tristeza y la alegría. En general se nos hace pasar por emociones otros estados emocionales que tienen que ver con una mezcla entre algunas de estas emociones. Así por ejemplo se dice que la sorpresa es una emoción, cuando en realidad es una mezcla de miedo y de alegría; se nos dice que la ira o el odio es una emoción, cuando en realidad es una mezcla de rabia y de miedo… y así podríamos seguir con otros muchos estados emocionales como el resentimiento, los celos, la envidia, la melancolía, etcétera, no me voy a entretener en cada una.
Las emociones puras, por tanto, el miedo, la rabia, la tristeza y la alegría son reacciones emocionales naturales, inteligentes, que ante la frustración o la agresión al instinto, a las necesidades instintivas, se activan para gestionar su satisfacción. La evolución nos ha dotado de estas emociones para que junto al instinto y a las necesidades instintivas, podamos reaccionar para preservar la vida. Hablo más ampliamente sobre ello en los dos libros que publiqué, tanto en Ser o no ser hombre, como en El corazón de la sexualidad.
Por tanto, como digo, no se pueden considerar emociones negativas a estas emociones puras (el miedo, la rabia y la tristeza) que tienen la función de preservar el instinto y su satisfacción. Es en la infancia y en las familias donde sobre todo se debiera aprender a gestionar las emociones. Puedo entender que se las considere negativas, porque en una sociedad donde se atiende tan precaria y negativamente las emociones de sus niños y niñas, en que se prepondera pasar por encima de ellas, restarles importancia, desconectarlas del sentir y pasarlo todo por el pensamiento, cuando uno es adulto todo lo desagradable que se pueda sentir se va a negar y evitar, pues no serán emociones agradables de sentir. Desde ahí se las considera emociones negativas. Eso sí, la alegría sí se la considera una emoción positiva, todo el mundo quiere estar contento, aunque la alegría auténtica, la tranquila y sosegada, no es posible sin atender previamente al resto de emociones que no son tan agradables de sentir.
¿Por qué el miedo no es una emoción negativa? Porque el miedo nos advierte de un posible peligro, cuando el miedo se activa nos está informando de una situación que puede ser peligrosa para nuestra integridad. Por tanto, eso a todas luces es positivo. Si la carga de miedo es muy intensa, y se va volviendo más intensa cuando no es atendida, podemos sentir pánico o terror. Pero tampoco estas son emociones negativas, nos están advirtiendo de que necesitamos que sean atendidas para que se puedan procesar y no se instalen en nuestra estructura psico-corporal. Cuando ese miedo no ha sido atendido en su momento, se puede activar en cualquier momento sin que tenga nada que ver con la realidad actual.
¿Por qué la tristeza no es una emoción negativa? La tristeza suele activarse ante una pérdida, ya sea la pérdida de alguien a quien me he vinculado, ya sea la pérdida de algo a lo que le tenía estima, ya sea la pérdida de mí mismo. La tristeza se activa como reacción para procesar un dolor y calibrar si a partir de ahí puede recuperarse aquello que se ha perdido. ¿Dónde está lo negativo de sentir tristeza? Lo realmente negativo es no sentirla y trasladarla al cuerpo, porque ahí se irá mezclando con otras emociones, aunque eso tampoco sea negativo si realizamos un proceso con ellas para procesarlas y situarlas en el lugar que les corresponde. Del mismo modo que el miedo, cuando la tristeza no ha sido atendida en su momento, se puede activar en cualquier momento sin que tenga nada que ver con la realidad actual.
¿Por qué la rabia no es una emoción negativa? Porque si en un momento dado me faltan el respeto, me quieren pasar por encima, me ningunean o me tratan de hacer daño, tengo todo el derecho a defenderme, y eso se hace a través de la agresión y la rabia, no para hacer daño a nadie, sino para defenderme a mí mismo. Cuando eso no es permitido, la rabia puede mezclarse con el miedo y entonces puede sentirse ira, odio y destrucción, pero eso ya no es una emoción pura, sino una mezcla de emociones que es necesario desentrañar para que no nos perjudique.
Luego entonces, las emociones negativas no existen. Las hemos convertido en negativas porque no han sido atendidas y se han visto como una molestia. Lo realmente negativo es no realizar ningún proceso personal con el dolor y las cargas emocionales que llevamos dentro, así como con todos los mecanismos cognitivos que de alguna forma las activan. Si no hacemos nada con nuestras emociones, evidentemente actuarán de forma negativa porque llegarán a somatizar en nuestro cuerpo, afectarán a nuestra salud mental, se pervertirán y se convertirán en tóxicas cuando se mezclen entre sí, además de que las proyectaremos con todo el derecho en nuestras relaciones. De esta forma las emociones no podrán madurar, de modo que difícilmente podremos ir más allá de ellas. Es necesario ampliar la conciencia sobre nuestras emociones, sobre nuestras necesidades y sobre nuestra forma de procesarlas, si lo que queremos es dejar de tenerles tanto miedo para transformarlas y asumirlas, no solo como positivas, sino como necesarias.